"...Corred hacia mi, espiritus de pensamientos asesinos.... Cambiadme de sexo, y desde la punta de los pies a la cabeza, llenadme de la más implacable crueldad..."

jueves, 24 de marzo de 2011

Sólo hay que creer...

Cuando el primer niño rió por primera vez,
su risa se rompió en mil pedazos 
que saltaron por los aires en todas direcciones,
y así fue como aparecieron las hadas.

 

Por eso debería haber
un hada para cada niño y cada niña. 
Aunque hoy en día los niños saben tantas cosas
que dejan de creer muy pronto en las hadas, 
y cada vez que un niño dice "yo no creo en las hadas", 
en alguna parte cae muerta un hada.

Descubriendo Nunca Jamás

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