"...Corred hacia mi,  espiritus de pensamientos asesinos....  Cambiadme de sexo,  y desde la  punta de los pies a la cabeza,  llenadme de la más implacable crueldad..."
 
  
 
 
 
          
        
          
        
oleadas de desnudas emociones 
me golpean los costados. 
Pero ¿Cuál de ellas es pena y cuál alegría?
Me lo pregunto y no encuentro la respuesta.
Sólo sé que necesito silencio,
estar sola, irme, 
y dedicar una hora
a considerar 
lo que ha ocurrido 
en mi mundo.